lunes, 15 de diciembre de 2008

LA RECETA

Hay receta. Al menos para paliar parte de los males que estamos padeciendo. El problema está en que no quieren o no pueden aplicarla.
Así, hemos pasado a la velocidad del rayo, de un breve período de estanflación (con alta inflación y escaso crecimiento económico) a la deflación, directamente. Período éste que, además y desgraciadamente , puede prolongarse por un tiempo considerable. Por tanto, no hubo el "aterrizaje suave" de la economía española que pronosticaban algunos, y hemos cubierto en cuestión de meses todas las fases "teóricas" de una crisis, hasta llegar al punto en el que actualmente nos encontramos. A nadie le cabe la menor duda de que la crisis financiera internacional ha contribuido en gran meddia a que esto suceda así, pero tampoco podemos obviar las "especialidades" de la economía española que, van a ser las causantes de que la crisis aqui se agrave más que en otros países. Y es que, aunque de nada valga ya lamentarse, durante la pasada legislatura tenían que haberse ido introduciendo algunos cambios en el modelo económico español (véase, por ejemplo, la actual tímida apuesta por I+D+I tenía que haberse llevado a cabo hace cuatro años y de forma menos tímida). Pero es más sencillo y políticamente más rentable, dejarse llevar por la inercia y además presumir de superávit..Cuestión ésta que, de haberse llevado a cabo algún cambio estructutal en la economía española, no hubiese sido posible.

Pero si se trata de dar algún tipo de respuesta a la crisis, lo primero que habría que buscar es la estabilidad de los mercados financieros. Y para ello, casos como Madoff y cualesquiera otros que puedan esperar agazapados la visita de la policía, no favorecen en nada la confianza en el sistema. La intervención de los gobiernos y autoridades monetarias inyectando dinero para ayudar a los bancos y crear mercado, solamente ha servido por el momento, para solventar parte de los problemas de los bancos a corto plazo. La respuesta del mercado es aún muy débil, por no decir casi inexistente. Y además, son tener reflejo alguno en la economía real porque el crédito sigue sin recuperarse y de ello pueden dar fe tanto las PYMES y profesionales, como las familias. Y sim el crédito, poca recuperación económica puede esperarse.
Por otra parte, también es necesario un ajuste entre oferta y demanda en el mercado inmobiliario. Para tratar de facilitar el mencionado ajuste, el Gobierno aprobó el pasado viernes la posibilidad de que viviendas de nueva construcción en venta se puedan convertir en VPO. Pero por qué no se ha acordado una mayor flexibilidad en el mercado del alquiler? Flexibilidad en cuanto a plazos y una mayor agilidad para los trámites judiciales en caso de reclamación de cantidad y desahucio. Con ello, nos "salvaríamos" de un aumento del ya elevado endeudamiento español. Porque, además, en qué lugar de nuestro ordenamiento jurídico dice que necesariamente todos los ciudadanos españoles tengamos que ser propietarios de nuestra vivienda?
El otro ajuste a realizar es el de la balanza comercial. Y para ese, por el momento no hay medidas. En estos momentos, el déficit comercial español se sitúa en el 10% del PIB. Ello implica una acentuada merma de la competitividad de la economía española en su conjunto. Para paliarlo, habría que aumentar las exportaciones y/o reducir importaciones, habida cuenta de que el Gobierno no tiene competencia para proceder a una devaluación de la moneda. Por esta razón, sería deseable la puesta en marcha lo antes posible, de las ya famosas "reformas estructurales" que deberían afectar al mercado de trabajo (flexibilizando en despido) al mercado energético (trabajando a largo plazo para limitar la dependencia energética) liberalizando sectores para crear competencia (como serían los transportes) o reformando la enseñanza y la formación profesional...
La inversión en obra pública por parte de las administraciones puede servir de elemento dinamizador de la economía a corto plazo, tratando de absorber a una parte del desempleo originado por el sector de la construcción. Pero puede que no sea suficiente. Sin contar con que en los próximos ejercicios fiscales pueda ser que el déficit público lastre una buena parte de las inversiones.
Si no se adoptan otras medidas, complementarias de la inversión en obra pública, la economía se ajustará sola. Y entonces no habrá número suficiente de jóvenes entre los 14 y 16 años para afiliar "voluntariamente" a la Seguridad Social, de forma que se puedan "incrementar" las cifras de afiliación.
La receta solamente está en manos de políticos - gestores valientes, que sepan lo que están haciendo.