martes, 18 de noviembre de 2008

LOS MILAGROS DE LAS PYMES

Solbes ha declarado que no se contempla por parte del Gobierno realizar ningún tipo de "rebaja fiscal". Es decir, ni se reducirá el tipo del Impuesto sobre Sociedades, ni se suprimirá de una vez por todas el Impuesto sobre el Patrimonio. Y esta es, a mi juicio, una mala noticia para todos, pero muy especialmente para las PYMES y autónomos, que son quines muestran una posición más débil frente a la crisis dentro del tejido empresarial español. El hecho de mantener el tipo general del impuesto tres puntos por encima de la media en el zona euro es un elemento más en contra de la competitividad de las empresas españolas. Y ese, precisamente, no es achacable al empresario.
Sin embargo, no es éste el único inconveniente fiscal que afecta a las PYMES. Está también la "paradoja" del Impuesto sobre el Patrimonio. En este caso, el empresario puede llegar a encontrarse en la siguiente encrucijada: Si tiene beneficios y decide repartilos, puede encontrarse con que su ganancia esté sujeta a una triple imposición: dejando a un lado la tributación de los sueldos, nos encontraríamos que sobre el beneficio bruto (resultado fiscal) se aplica el tipo del Impuesto sobre Sociedades;el dividendo que se reparta (una vez aplicado el Impuesto de Sociedades) queda sujeto a rendimientos del capital mobiliario del IRPF de quien lo percibe..y para finalizar, quedaría el Impuesto sobre el Patrimonio, que se aplicaría sobre el valor contable de la empresa. Si se opta por no repartir beneficios (pese a tenerlos) porque el empresario, de manera prudente, ha establecido una política de reservas que le garantice el funcionamiento adecuado, de manera que no tenga que depender en exceso de los bancos, se encuentra con que además de la aplicación del Impuesto de Sociedades, tendrá que tributar Patrimonio por el valor de sus acciones en la empresa, que será más alto que en el caso anterior. Y si bien esta segunda solución es más barata para el contribuyente desde el punto de vista fiscal, no por ello deja de ser injusta, habida cuenta de que en este caso, el impuesto vuelve a recaer sobre la actividad empresarial.
Y todo ello, sin olvidar de algunos casos sangrantes en la gestión tributaria como lo es el de las devoluciones del IVA...

Tampoco el Gobierno ha hecho nada de momento en el tema de financiación a corto plazo para las PYMES. La desconfianza existente en los mercados financieros ha hecho que los bancos en muchos casso limiten unilateralmente líneas de descuento, créditos...Hasta el punto que en muchos sectores hay empresas que, por el momento, prefieren no trabajar a arriesgarse a un impagado o a no poder descontar un efecto. Por ello, la propuesta de la CEOE de que, a través del ICO se pueda financiar la tesorería de las empresas, supondría en el caso de poderse poner en marcha, una ayuda muy eficaz a corto plazo. Si se espera, al final, quedará muy pocas empresas a las que ayudar.
Sin embargo, el problema de la financiación no es, a mi juicio, solamente achacable al Gobierno o a los bancos. En este punto, el empresario tiene una buena parte de la responsabilidad: los excesos siempre se acaban pagando, y en el caso de las PYMES todavía más, porque su estructura es mucho más débil que la de una empresa´grande. En términos generales, una de las mayores debilidades que se pueden observar en muchas empresas pequeñas se refieren a problemas de gestión que tienen su orígen en la falta de formación del empresario. Cuestiones como un mínimo y elemental planteamiento estratégico, con determinación de objetivos, plan de financiación, plan de recursos con polííticas salariales claras, planes de calidad..son instrumentos fundamentales en estos momentos para gestionar una empresa, dado que aportan valor y ayudan a competir,y en muchas ocasiones, su elaboración no está al alcance del empresario. Por ello, si alguna vez el Gobierno se plantease reformas estructurales serias y concretas, la mejor y mayor formación del pequeño empresario podría ser una.

Está claro que sobrevivir en tiempos de crsisi es difícil, y algunas veces, hasta milagroso.

No hay comentarios: